El poder de los antioxidantes en el estrés oxidativo

Descripción

Por:María de Lourdes Meza Jiménez y Astrid Pineda Betanzos

Resumen:

De manera natural las células son atacadas por los radicales libres ocasionando en el cuerpo un desequilibrio en la concentración, cuando hay una alta acumulación de radicales libres en las personas se pueden producir enfermedades, pero los antioxidantes que produce el organismo y los que se encuentran naturalmente en los alimentos crean un sistema de defensa ayudando a mantener un equilibrio en las funciones del cuerpo humano.

Palabras clave: antioxidantes, alimentos, salud.

Introducción:

Actualmente, la alimentación inadecuada y el estilo de vida no saludable son factores que incrementan la concentración de radicales libres y debilitan el sistema de defensa antioxidante del organismo ocasionando muchas enfermedades crónicas. El propósito del presente texto es divulgar los resultados científicos esenciales de la actividad antioxidante de los alimentos y los beneficios al cuerpo humano (Forbes et al., 2020).

¿Qué son?

Así como el cuerpo tiene el sistema inmunológico para protegerse de los virus, bacterias o microorganismos, también cuenta con el sistema de defensa antioxidante para cuidarse de los radicales libres, como si fueran “soldados” de combate. Los antioxidantes son moléculas químicas protectoras que evitan que las células sean atacadas por los radicales libres y pierdan sus funciones; sin embargo, cuando los antioxidantes no son suficientes para combatir los radicales libres, el sistema de defensa se debilita y se genera el estado oxidativo en tres etapas (Lillo et al., 2023).

Etapa 1: Iniciación.

El estado oxidativo inicia con un periodo de latencia, donde los seres humanos al estar expuestos a situaciones dañinas como la contaminación ambiental, los rayos Ultra Violeta, una alimentación inadecuada, sedentarismo, estrés, consumo de tabaco, descanso inadecuado, entre otras, se pueden adquirir radicales libres o especies reactivas toxicas por estar conformados de Oxígeno, Nitrógeno, Azufre o Cloro (Carbajal, 2019).

Etapa 2: Propagación.

Posterior a la exposición ocurre un proceso donde se dispersan los radicales libres en el cuerpo hasta llegar a las proteínas, lípidos y el material genético de las células produciendo afectaciones. Durante este periodo el sistema de defensa antioxidante actúa como un “escudo” protegiendo a la célula de los radicales libres, los combate hasta neutralizarlos y eliminarlos del organismo (Carbajal, 2019).

Etapa 3: Terminación.

Esta última etapa se produce cuando los radicales libres debilitan al sistema de defensa antioxidante provocando un desequilibrio y estado oxidativo de la célula, es decir, son más radicales libres y menos antioxidantes para combatir a tantas moléculas inestables (Carbajal, 2019).

Debido al estado oxidativo de las células se pueden producir más de 100 enfermedades, como diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, depresión, colitis, cataratas, entre otras (Galina, 2018). Para evitar el desarrollo de complicaciones en la salud es necesario fortalecer el sistema de defensa antioxidante (Prado, 2019). A continuación, se mencionan algunas propiedades benéficas de los antioxidantes en el cuerpo para de impedir la oxidación de las células:

  1. ) Acción protectora: Los antioxidantes ayudan a prevenir el estado oxidativo, escudan a las células protegiendo a la membrana, al genoma y a los nutrientes, como proteínas, lípidos e hidratos de carbono de especias reactivas. El organismo crea un sistema de defensa para cada órgano, como si fuera un “batallón de soldados” que se pondrán en ataque cuando se detecte el ingreso de radicales libres para evitar el daño (De Gálvez, 2010).
  2. ) Reparación: Los antioxidantes logran identificar los sitios de la célula que están siendo dañadas, para ponerse en acción e ir reparando los daños por el ataque de radicales libres, devolviendo la estructura habitual y el funcionamiento correcto del organismo (De Gálvez, 2010).
  3. ) Tratamiento: El consumo de antioxidantes forma parte de un tratamiento para múltiples enfermedades causadas por una sobre concentración de radicales libres o por un sistema de defensa débil. Los antioxidantes consiguen eliminar las especies reactivas que se encuentren presentes y así evitar el avance de la enfermedad, para tener mejores beneficios es necesario que se combinen diferentes antioxidantes para potenciar los efectos (De Gálvez, 2010). El tratamiento va a depender del origen del antioxidante que se necesite, puede ser dietético o los que el organismo produce:

Antioxidantes producidos por organismo: son conocidos como “antioxidantes endógenos” por la capacidad de las células de producirlos, como el glutatión y coenzima Q10, distribuyéndolos a los tejidos y fluidos corporales como la sangre, orina, saliva y sudor. Sin embargo, la capacidad de producción del cuerpo no resulta suficiente, por lo que es necesario fortalecer la defensa con el consumo provenientes de los alimentos (Guija, 2023).

Antioxidantes dietéticos: son conocidos como “antioxidantes exógenos porque se encuentran naturalmente en los alimentos; sin embargo, este tipo de antioxidantes se destruye fácilmente con la luz y altas temperaturas. Cuando se consume un alimento, posterior a la digestión, son absorbidos los nutrientes y antioxidantes por el organismo para transportarlos a sitios que puedan estar teniendo un ataque de radicales libres o para su almacenamiento preventivo a futuros ataques (Guija, 2023). Algunos antioxidantes dietéticos son las siguientes vitaminas y minerales:

  • Vitamina A: Es un nutriente también conocido retinal, retinol o ácido retinoico, que se almacena en hígado, músculo y grasa corporal e interviene en la formación y mantenimiento de la piel, el crecimiento de huesos, buena visión y fertilidad. La vitamina A participa en la barrera de defensa protectora en células de la piel, boca, estómago, colon, pulmón, próstata y vejiga, su acción es atrapar los radicales libres de esas zonas y eliminarlas, ayudando a prevenir enfermedades en esos órganos. Esta vitamina se puede consumir en el pescado, salmón, hígado, espinacas, zanahorias, brócoli, calabaza, melón, mango, leche, queso, huevo y soja (Guija, 2023; Navarro, 2019).
  • Vitamina C o ácido ascórbico: esta vitamina no la produce el organismo y cuando se consume se almacena poca cantidad, por lo que debe ingerirse en dosis recomendadas en la alimentación para que ayude a la producción de colágeno, mejore la vista y aumente la absorción del hierro y calcio, también es un antioxidante que actúa junto a la vitamina E alrededor de las células de vejiga, pulmón e intestino protegiendo al material genético de mutaciones y cáncer. Esta vitamina se puede consumir en limones, kiwis, papayas, pimientos, tomates, guayaba, naranjas, brócoli, fresas, melón, coliflor, mango, espárragos y espinaca (Guija, 2023, Navarro, 2019).
  • Vitamina E o tocoferoles: Al igual que la vitamina C, esta se sitúa alrededor de la célula para proteger a los lípidos de los ataques de los radicales libres, su deficiencia debilita el sistema de defensa antioxidante provocando un estado oxidativo en las células del riñón, cerebro, músculo e hígado y enfermedades como insuficiencia renal, demencia o cirrosis, por lo que el consumo de esta vitamina forma parta del tratamiento nutricional, además la vitamina E disminuye el envejecimiento de la piel, el daño en células cancerosas e incrementa la fertilidad y concentración. Esta vitamina se puede consumir en el maíz, soja, trigo, avellanas, almendras, cacahuetes, nueces y aceite de girasol (Guija, 2023, Navarro, 2019).
  • Zinc: Una de las propiedades del zinc es actuar como antioxidante evitando el estado oxidativo de las células, la deficiencia de zinc puede causar una acumulación de radicales libres en el organismo, por lo que su consumo se puede almacenar en el cerebro, músculo, hueso, riñón, hígado, ojo y próstata, fortalecer el sistema inmunitario y ayudar al organismo a cicatrizar heridas. Algunas fuentes alimentarias de zinc son la carne de res, cerdo, pollo, huevo, pescados y mariscos, habas, nueces, arroz integral, quinoa y pasta integral (Vilaplana, 2007).
  • Cobre: Ayuda a la composición de la sangre, nervios, huesos, colágeno, cartílagos y sistema inmunológico. Su acción antioxidante se basa en eliminar especies reactivas que dañan a las proteínas, piel, pulmones y cerebro, ayudando a disminuir la inflamación e infecciones. Este mineral se puede consumir en ostras, mariscos, legumbres, vísceras y nueces.
  • Manganeso: El consumo de este antioxidante se almacena en hígado y riñón para que en situaciones de exposición a radicales libres ayuden al organismo a producir otros antioxidantes endógenos. Se puede consumir en arroz integral, pasta integral, quinoa, frijol, lenteja, garbanzo, aguacate, uva, chocolate, huevo, nuez, zarzamora y piña.
  • Selenio: Es un antioxidante dietético que ayuda al organismo a producir antioxidantes endógenos y a destruir células con un mal funcionamiento, como células cancerosas de pulmón, colón y próstata a causa de los radicales libres. Su consumo fortalece el sistema de defensa antioxidante e inmunológico, también mejora el estado de ánimo y el funcionamiento de la tiroides. El selenio se puede consumir en pescado, mariscos, huevo, arroz, carnes, lentejas y frijoles (Vilaplana, 2007).

Hierro: Este antioxidante forma parte del sistema de defensa celular por su función protectora, ayudando a eliminar los radicales libres del organismo y evitando el desarrollo de enfermedades, también favorece una adecuada oxigenación. El hierro se encuentra en los alimentos de origen animal y vegetales, como carnes, hígado, huevo, espinaca, frijoles, lentejas, soya, quinoa, brócoli, garbanzos, pistaches y almendras, entre otros.

Los antioxidantes son fundamentales en la salud humana para evitar el proceso oxidativo que generan los radicales libres y el desarrollo de enfermedades, por lo cual las personas necesitan su consumo en dosis correctas para gozar de un sistema de protección fuerte junto a un estilo de vida saludable.

Conclusión: Con base en los resultados de diversas investigaciones es necesario tener una adecuada, completa y variada alimentación para gozar de los diferentes poderes de los antioxidantes en el organismo, la cual favorezca un adecuado funcionamiento y ayude a prevenir complicaciones.

Referencias:
Abril-Ibarra, Z. (2002). Antioxidantes producidos por microorganismos acuáticos y terrestres con uso potencial en cosméticos. Actu Biol. 2022, 44(116) Ed. 2. ISSN 0304-3584.
Carvajal-Carvajal, C. (2019). Especies reactivas del oxígeno: formación, función y estrés oxidativo. Medicina Legal de Costa Rica, 36(1), 91-100.
De Gálvez, M.V. (2010), Antioxidantes en fotoprotección, ¿realmente funcionan?, Actas Dermo-Sifiliográficas, ISSN 0001-7310, 101(3), 197-200.
Forbes-Hernández, T. Y., Betancourt, G., Rodríguez, D., & García, M. A. (2020). Capacidad antioxidante total de la dieta vs. balance redox: Total antioxidant capacity of the diet vs. redox balance. QhaliKay Revista de Ciencias de la Salud. ISSN 2588-0608, 4(1), 35-48.
Galina-Hidalgo, M., Ortiz-Rubio, M., Guerrero Cruz, M. (2018). Oxidative stress and antioxidants. Universidad Nacional Autónoma de México. ISSN 0188789-0, 22(1): 47-61.
Galván, R. T. (et al). (2008). Antioxidants and physical exercise: the role of melatonin. ELSEVIER. 1(2). ISSN 1888-7546.
Guija-Guerra, H., & Guija-Poma, E. (2023). Radicales libres y sistema antioxidante. Revista Horizonte Médico, 23(2), 90–98.
Lillo-Moya, J., Rojas-Solé, C., Rodrigo, R. (2023). Chapter 9 – Modulation of the antioxidant defense system against pathophysiological redox imbalance in cardiovascular disease. Modulation of Oxidative Stress Academic Press. ISBN 9780443192470, 113-129.
Navarro-Meza, M. (2019). Alimentos antioxidantes de cinco estrellas. Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. ISSN: 2007-4549, 23(65).
Prado-Flores, G. (2019). Relaciones entre el Estrés Oxidativo y la Salud. Universidad Autónoma Metropolitana, ISSN 2007-7556, 19(38).
Vilaplana-Batalla, M. (2007). Antioxidantes presentes en los alimentos. Vitaminas, minerales y suplementos. ELSEVIER. ISSN 0212-047X. 26(10). 79-86.

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