La necesaria protección a los animales

Descripción

Por: Erick Gómez Tagle López

PALABRAS CLAVE: DERECHO ECOLÓGICO, DERECHOS DE LOS ANIMALES, ÉTICA AMBIENTAL

Resumen

La comunidad científica aporta cada día más elementos para erradicar la violencia contra los animales, denunciando el especismo antropocentrista y sus prácticas nocivas. El objetivo es proteger a la fauna del maltrato, la crueldad y el exterminio, cuyas consecuencias negativas afectan al entorno ecológico y a la comunidad humana. Los animales de compañía son, hasta ahora, los más beneficiados, pues legal y éticamente se procura su bienestar, asegurándoles condiciones dignas de existencia. Este trabajo aporta, en este sentido, una explicación sencilla sobre un tema complejo, en el cual confluyen aspectos jurídicos y sociológicos, enfatizando la importancia de la biodiversidad, la sanidad animal y la sustentabilidad.

Los animales son organismos vivos, sensibles, con movilidad propia y capacidad de respuesta a los estímulos del medio ambiente. Abarca a toda especie de mamíferos no humanos, aves, reptiles, anfibios y peces. Sobre ellos sus clasificaciones científicas y legales son diversas, por ejemplo, biológicamente varían dependiendo de su nutrición, respiración, reproducción y locomoción, entre otros aspectos, aunque suelen agruparse simplemente en vertebrados o invertebrados.

Socialmente se les distingue entre silvestres o domésticos, aunque también se les puede clasificar como de asistencia, de compañía, de trabajo, doméstico, en cautiverio, en situación de abandono, feral, silvestre y vagabundo.

Denominaciones que cambian dependiendo de los contextos cultural, histórico y jurídico. Incluso hay quienes hablan de animales humanos y no humanos, buscando superar el especismo antropocentrista o antropocentrismo.

Es una ideología o visión del mundo que sostiene que los seres humanos son superiores a cualquier otro ser vivo, lo cual presuntamente permite discriminar, explotar y violentar a las demás especies, sin importar su sufrimiento, el daño al ecosistema o la pérdida de biodiversidad, tanto de la flora como de la fauna.

Para contrarrestarla, la educación ambiental para la sustentabilidad busca disminuir drásticamente los efectos antropogénicos negativos sobre la naturaleza, es decir, los que son causados por el quehacer humano. Se busca experimentar la naturaleza, no explotarla, valorando positivamente la singularidad y la diversidad de las formas vivas.

Pero, ¿qué hay de la fauna nociva? Son organismos que representan riesgo, o peligro, para la salud, la integridad, la vida y/o la economía de los seres humanos, por lo cual su población debe ser controlada. Son ejemplos algunos roedores y artrópodos (arácnidos, insectos), así como en general las plagas, lo que significa la presencia masiva, fuera de control, de un agente biológico, o de seres vivos de la misma especie, que alteran la sanidad de la población animal o provocan enfermedades en el ser humano, daño del hábitat o deterioro significativo en el bienestar urbano.

En general, se considera fauna nociva a los animales domésticos o silvestres que pueden ser reservorios de vectores y/o de agentes causales de enfermedades, tal como lo define la Norma Oficial Mexicana NOM-032-SSA2-2010, Para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de las enfermedades transmitidas por vector. Problema de salud pública que es atendido por las autoridades sanitarias nacionales e internacionales.

Cualquier animal capaz de transmitir enfermedades a humanos es un vector o un agente causal, sea mediante su picadura, su mordedura o sus desechos, generando con esto molestias o lesiones en las personas, incluso con la posibilidad de consecuencias mortales. El dengue, el paludismo y la rabia son ejemplos de estas enfermedades.

Controlar la fauna nociva es una cosa y otra muy distinta es el zoocidio, el cual puede describirse como la privación de la vida a uno o varios animales, sin justificación válida, necesidad o empleando técnicas y métodos diversos a los permitidos legalmente. Matar por “entretenimiento” sería un ejemplo. Al respecto, se considera una agravante cuando para lograrlo se empleó crueldad (dolor, sufrimiento o agonía evitables), así como cuando el animal sacrificado es de asistencia o compañía.

Jurídicamente, la privación de aire, luz, alimento, agua, espacio, abrigo contra la intemperie, cuidados veterinarios y alojamiento adecuado es maltrato a los animales, pero causarles intencionalmente dolores o sufrimiento, mutilarlos o privarlos de la vida es algo más grave, pues constituyen actos de crueldad. Obviamente no hablamos de eutanasia clínica, la cual es un procedimiento veterinario que implica el sacrificio cuando existe, por ejemplo, una enfermedad incurable, deterioro irreversible de las funciones corporales o agonía, buscando evitarle una muerte dolorosa.

Entonces ¿podemos hacer uso o no de los animales? ¿Nos asisten o los explotamos? ¿Al colocarlos en cautiverio se les causa daño? Comencemos aclarando tres conceptos: a) un animal de asistencia es un animal de apoyo al ser humano para realizar acciones de guía o de servicio en casos de terapia o discapacidad, como caballos, perros o delfines; b) un animal doméstico habita con un ser humano, depende de éste para subsistir y se ha adaptado a convivir con las personas; y, finalmente, el animal de compañía es criado y condicionado para acompañar al ser humano en su convivencia diaria, con fines primordialmente afectivos y lúdicos, por lo cual es cercano al concepto de familia.

Como señalamos al inicio, los animales cumplen funciones distintas para el entorno ecológico y para la comunidad humana, dependiendo de si son de asistencia, de compañía, de trabajo, doméstico, ferales, silvestres, vagabundos, etcétera. La enorme variedad de especies así lo demuestra, por lo cual es imposible dar respuestas únicas a cuestiones complejas.

Entonces, ¿es o no permitida la explotación de los animales? No. Es obvio que puede darse un aprovechamiento legal y sustentable, pero la explotación debe  prohibirse y sancionarse, pues implica el uso abusivo del animal, particularmente en contextos laborales, al carecer de alimentación reparadora, reposo suficiente y limitación razonable del tiempo e intensidad de la actividad en la que se le usa.

En México y en muchos otros países, el maltrato y la crueldad a los animales se sanciona, aunque no siempre los legisladores logran distinguir con claridad estos vocablos, ocasionando fallas en la procuración y la administración de justicia. En el maltrato hay descuidos, desatenciones, comportamiento inapropiado, o violencia contra un animal, dañando o poniendo en riesgo su salud, su integridad física y su bienestar. Incluye, por ende, toda actividad que implique su explotación o uso abusivo, pero que no genere daños graves y permanentes.

La crueldad es peor. Es la provocación dolosa de sufrimiento extremo, físico o psicológico; dolor grave o agonía prolongada a un animal. Incluye toda lesión dolosa que, sin justificación válida, ponga en peligro su vida o la prive de ésta. Razones por las que en la mayoría de las naciones hay políticas legislativas para la protección animal y políticas públicas tendentes a su bienestar.

Desde constituciones y leyes, hasta códigos y reglamentos, el marco normativo es cada día más amplio, buscando proteger, entre otros bienes, la biodiversidad, los recursos naturales, el medio ambiente, el desarrollo sustentable, la sanidad animal y, lo más importante, el bienestar de los animales.

Marco de protección que no se agota en lo nacional, pues existen instrumentos jurídicos internacionales como los siguientes: Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América (1940), Declaración Universal de los Derechos de los Animales (1977), Carta Mundial de la Naturaleza (1982), Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía (1987), Carta de la Tierra (2000) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015).

Paulatinamente, en un proceso que ha tardado décadas y que aún continúa, la población se ha manifestado en contra de prácticas como la tauromaquia y las peleas de gallos, pues, aunque para algunos sean expresiones de la pluralidad cultural, esto no justifica la crueldad y el sufrimiento que conllevan, de ahí que ambas prácticas deben prohibirse, sancionarse y erradicarse.

Además, estudios criminológicos y psicológicos han establecido que quienes son crueles con los animales están más cerca de serlo también con las personas, lo cual significa que violentar animales, principalmente en edades tempranas del desarrollo humano, sí está relacionado con otras formas de violencia posterior, a menudo vinculado con el trastorno de la personalidad antisocial (denominado también como psicopatía, sociopatía o trastorno de la personalidad disocial), cuya característica es un patrón general de desprecio y de violación de los derechos de los demás.

En conclusión: el especismo es cultural y puede desaprenderse, lo cual nos da esperanza. Las falsas creencias que “justifican” prácticas violentas, discriminatorias y de explotación contra otras formas de vida deben trabajarse con prontitud para erradicarlas. Sea por ignorancia, machismo, violencia desplazada, prácticas de culto u otra razón, el especismo debe sustituirse por una conciencia ética ecológica.

Referencias
Carta Mundial de la Naturaleza. https://www.gob.mx/semarnat/articulos/carta-mundial-de-la-naturaleza
Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América. https://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/c-8.html
Declaración Universal de los Derechos de los Animales. https://www.gob.mx/conanp/articulos/proclamacion-de-la-declaracion-universal-de-los-derechos-de-los-animales-223028
Gómez Tagle, E. (2021). Bienestar y crueldad animales. Diagnóstico y propuestas para su atención integral. México. Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla.
Gómez Tagle, E. y Hernández, K. (2022). La política criminal y la protección a los animales. Criminogenesis. Revista Especializada en Criminología y Derecho Penal. 21. México. Grupo Criminogénesis.

Medios subidos por