En el ombligo del volcán

Descripción

Cada 12 de marzo, el Popocatépetl recibe a cientos de habitantes de Santiago Xalitzintla, comunidad de San Nicolás de los Ranchos, quienes ascienden con comida, bebida, flores y música para entregar obsequios. 

Redacción| Fotos: ESIMAGEN.MX

Una ofrenda para que no se enoje el volcán, pedir lluvias y la fertilidad de la tierra pero, sobre todo, celebrar el cumpleaños de “Don Goyo”, nombre afectuoso con el que se le conoce al coloso en la comunidad de Santiago Xalitzintla, se alista cada 12 de marzo.

El nombre de “Don Goyo” proviene, de acuerdo con relatos orales, por Gregorio Chino Popocatépetl, la personificación del volcán; se trató de un hombre que caminaba por las faldas del coloso y fue visto por Antonio, quien tras este encuentro se convirtió en tiempero, a quien también se les conoce como graniceros.

De niño, Antonio Analco Sevilla se encontró con Gregorio Chino, quien le confesó que sólo aparecería cuando hubiera fumarolas o riesgo de erupción. Así, Antonio se convirtió en el primer tiempero, persona que puede comunicarse con el espíritu del cerro que humea.

A “Don Goyo” comenzó a celebrársele cada 12 de marzo, día de San Gregorio Magno, a un kilómetro del cráter, en un espacio que llaman “ombligo”, una cueva sagrada.

El recorrido en automóvil desde la comunidad de Santiago Xalitzintla hacia las faldas del volcán es de poco más de dos horas, posteriormente hay que ascender a pie sobre una vereda que cruza el bosque y llegar al ombligo del volcán.

De acuerdo con Carlos Villa Roiz, en su obra “Popocatépetl: mitos, ciencia y cultura, un cráter en el tiempo”, “los graniceros consideran ciertas cuevas como templos” y “creen que los principales espíritus o dueños del agua, de la montaña y del granizo habitan precisamente en esa cueva”.

Hasta el ombligo del volcán llegan con flores, comida, música, ropa y cruces. Todo un festín se celebra para agradecer el buen tiempo y pedir lluvias, las cuales traerán la fertilidad de la tierra y buenas cosechas.

También solicitan paz, pues, aunque los habitantes están acostumbrados a la actividad volcánica, se aseguran de que “Don Goyo” tenga todo lo necesario para no enojarse y desatar su furia.

Entre los presentes que le son llevados destaca un traje sastre, el cual los pobladores llaman ropa de licenciado, pues fue así como lo solicitó “Don Goyo” durante un sueño a un tiempero.

“La fiesta acaba cuando el tiempero ha dejado colocada la ofrenda sobre un delgado mantel de flores, siguiendo un riguroso orden que indica que debe haber los mismos elementos a la derecha y a la izquierda, y la gente que sube a festejar al volcán ha terminado de comer y bailar”, señala la investigación “Alimentar y controlar al volcán: el cumpleaños de Gregorio Popocatépetl”, de autoría de Laura Romero, Juan Méndez, María Tercero y Amapola Rangel.

Este año la ofrenda no fue llevada al ombligo del volcán, por lo que pobladores consideraron que esa falta de regalos se relacionó con la alta actividad del Popocatépetl en mayo, la cual dejó a varios municipios poblanos llenos de ceniza.

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