EL PAISAJE INDUSTRIAL DE LA CIUDAD DE PUEBLA

Descripción

POR DR. MARIANO CASTELLANOS ARENAS

Introducción
La Revolución Industrial fue un proceso que inició en Europa, en el siglo XVIII, en el cual se pasó de una forma de vida tradicional basada en la agricultura, la ganadería y la producción artesanal, a la mecanización de la producción. Esto propició un acelerado proceso de urbanización que alteró profundamente las estructuras económicas, sociales y culturales de la sociedad. Cabe decir que este proceso no fue simultáneo, ni tuvo las mismas características en todos los lugares. En Inglaterra, por ejemplo, la fuerza humana y animal fue sustituida por la mecánica gracias a la aplicación de una serie de innovaciones técnicas.

En un primer momento se introdujo la máquina de vapor y la turbina hidráulica para la generación de energía; en la industria textil la maquinaria para hilar y tejer, los altos hornos en la metalurgia y el ferrocarril. Posteriormente, se generaron nuevas fuentes de energía como la eléctrica, lo que permitió una mejora en la iluminación de la fábrica, la vivienda y en la ciudad; además del telégrafo y el teléfono. También se desarrollaron nuevos sectores productivos como el químico para los procesos de transformación o el alimentario, que supuso una mayor disponibilidad de comida, lo que tuvo como consecuencia un descenso de la mortalidad y un fuerte aumento demográfico (Hudson; 1992: 3).

Paulatinamente, la población se concentró en ciudades, las cuales fueron creciendo con oleadas de inmigrantes procedentes de zonas rurales, atraídos por el trabajo en las fábricas. El crecimiento de las ciudades, no fue acompañado de una planificación urbana y repercutió en la carencia de servicios básicos como el agua corriente, alcantarillado, pavimentación e iluminación; sin embargo, los empresarios y sus familias, crearon nuevos barrios con mejores servicios, así como espacios destinados al esparcimiento (Flacher; 2007: 5-10).

En México este proceso aunque fue menos impactante que en Europa, también ocasionó la formación de áreas urbanas y barrios destinados a la industria, generando nuevos paisajes (De Seta; 2002: 243-269). El desarrollo de la industrialización en nuestro país inició en la primera mitad del siglo XIX y las primeras fábricas se instalaron en zonas rurales, luego en las suburbanas y finalmente en las ciudades, cercanas a los ríos ya que proporcionaban, no solo la energía para mover las máquinas sino también y los proceso de producción. Posteriormente y sobre todo en los últimos veinte años del siglo XIX, durante la dictadura de Porfirio Díaz (1876-1910) que impuso un régimen de gobierno hacia el desarrollo económico y tecnológico, alentando sobre todo la inversión extranjera, principalmente en la industria textil (Guerra;1985: 319).

Puebla ciudad industrial

La industrialización en la ciudad de Puebla constituye hoy en día un rico legado con gran valor histórico, cultural e identitario. Entre el siglo XIX y el XX se configuraron singulares formas de organización en torno a las unidades productivas, las cuales generaron por un lado, un desarrollo empresarial y por otro lado, una cultura obrera. La fábrica como el elemento más característico de este proceso fue considerada como símbolo de riqueza, modernidad y progreso, pero también como espacio de explotación laboral y deterioro ambiental; todo esto en un contexto histórico de grandes transformaciones sociales, económicas y urbanas. Podemos afirmar que, aunque algunas unidades de producción se construyeron antes, el paisaje industrial de la ciudad de Puebla se erigió entre 1892 y 1938. Este argumento se sustenta en la idea de que la transformación urbano arquitectónica en este periodo, se debe al desarrollo de las fábricas textiles y las colonias para los trabajadores, las cuales modelaron la periferia de la urbe virreinal (hoy Centro Histórico). Es preciso decir que en la ciudad existe, desde el virreinato, una larga tradición en la producción de textiles. Pero es en 1892 que el chacuaco (o chimenea industrial) va a irrumpir en el paisaje urbano de manera significativa, ya que es a partir de este momento que se observa un considerable incremento. Al inicio de aquel año se tenían diez y siete factorías, en 1898 veintinueve, en 1906 treinta y cinco, en 1908 cuarenta y en 1910 cuarenta y seis. Durante las décadas de 1910 y 1920, se mantiene el índice de fábricas activas, que aparecen y desaparecen, hasta llegar a cincuenta y una y para la década de 1930 hay un incremento considerable (Estrada; 1997: 17). En 1938 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público registró ciento treinta y nueve textile ras en el estado de Puebla; solo en la ciudad
había 125, mientras que en todo el país se localizaron 692 fábricas de esta rama, lo que significó que la ciudad concentró aproximadamente el 30 % de toda industrial textil en México (Directorio de Fábricas SHCP; 1938).

Las zonas en las que se instalaron las fábricas textiles en el periodo de estudio fueron tres; sin embargo, hay dos zonas que son anteriores pero que siguieron funcionando hasta 1938, como lo veremos más adelante. Se puede apreciar la mancha urbana con dos centralidades: el Centro Histórico de la ciudad de Puebla y Cholula; es decir, dos puntos de referencia histórica situadas en el área Metropolitana de Puebla. La zona marcada en color naranja corresponde a la ciudad virreinal hasta 1892 y en azul los límites de la ciudad hasta 1938. El territorio ocupado entre la línea naranja y la azul corresponde entonces al periodo de estudio de este trabajo. En la misma, se identifican en blanco las áreas industriales contemporáneas: a la izquierda está el polígono industrial de FINSA, donde se encuentra la Planta de VW, al centro el de Puebla 2000 y a la derecha el de Amozoc. Entre el primero y el segundo se localiza la Central de Abasto, marcada de color violeta. Esta imagen nos permite comprender el desarrollo el proceso de industrialización
histórico y contemporáneo.

Ahora bien, las unidades de paisajes industriales están identificadas por zonas: las unidades amarillas corresponden a las zonas Atoyac Norte con 7 fábricas y Atoyac Sur con 3, áreas donde se localizan las instalaciones fabriles que corresponden a las primera fase del desarrollo industrial de textiles de Puebla. Ahora para nuestro periodo de estudio, le siguen las fábricas de la zona de San Francisco, en color rojo con 7 fábricas, luego se localiza la zona Centro, con 79 fábricas, de color verde y finalmente la zona Este, en color azul, con 8 fábricas. Es importante mencionar que para este trabajo sólo se localizaron 104, de las 125 fábricas registradas en 19381.

Conclusión
El paisaje industrial de la ciudad de Puebla contiene una fuerte carga simbólica, ya que son escenarios con largas series de acontecimientos, que no sólo han cambiado la fisonomía del paisaje urbano, sino también de las sociedades que los han habitado. La sociedad ha integrado estos paisajes en su vida cotidiana y son parte importante de su identidad; son bienes culturales de toda una comunidad ya que su presencia ha sido determinante para su forma de vida y trabajo. Muchos de estos sitios están en funciones, otros en ruinas, algunos más han sido transformados en espacios de oficinas públicas, en centros educativos, en centros comerciales, estacionamientos o han desaparecido. En la actualidad desempeñan un importante papel en la formación de la historia urbana, ya que tiene un gran valor como patrimonio cultural que debe ser conservado, protegido y valorado por todos los habitantes de la ciudad.

 

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