Descripción
Entre la capital tlaxcalteca y el santuario de la virgen de Ocotlán, se encuentra la Capilla del Pocito, un lugar donde la tradición popular dice que en el siglo XVI se le apareció la virgen de Ocotlán a un indígena, indicándole un manantial que proveería agua milagrosa para curar enfermedades.
Los registros señalan que las primeras construcciones realizadas para proteger el manantial se realizaron el el siglo XVIII, pero fue hasta 1973 que se construiría la capilla ochavada revestida de petatillo y cúpula de azulejo tal y como la conocemos actualmente.
En el interior de la capilla podemos encontrar además del pocito de agua santa, murales que representan pasajes bíblicos elaborados por el muralista tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin.
Video
Pese a la existencia de aplicaciones de transporte público, taxistas siguen ofreciendo sus servicios.