Binomios: persona con discapacidad visual y perro guía parte dos

Descripción

CIUDAD DE MÉXICO 18/02/2022

Cuando nos referimos a un arte marcial, lo primero que pensamos es la necesidad de ver para aprender, para esquivar los movimientos de nuestro oponente al entrenar, aprender la técnica al realizar los movimientos o conocer el espacio en donde se desenvolverá lo aprendido, pese a que en la mayoría de las artes marciales la visión es lo primordial para poder practicarlo; existe un arte marcial tradicional moderno japonés, el cual tiene como objetivo dentro de la defensa personal, controlar situaciones conflictivas volviéndolas pacíficas, evitando la acción directa como agresión, gracias a sus diferentes técnicas como los derribos, esquives, desvíos, golpes en puntos críticos para inmovilizar y así poder escapar de la situación o evitar que esta se vuelva agresiva. Aikido o Aikidō es el nombre de ella, cuyo nombre original se escribe así: 合気道/ 合氣道 el cual significa “camino de la armonía con la energía vital”, si bien el nombre refleja el objetivo principal de esta arte marcial, también expresa la principal herramienta que se necesitará para poder ejecutarla: sentir. El tener la sensibilidad desarrollada más de lo habitual será primordial incluso antes que ver, pues el 50% de esta actividad se basa en sentir la energía y los movimientos físicos del oponente; aunque el sentido de la vista sea fundamental para llevar acabo otras actividades, hay algunas que no se pueden enseñar con ella.

Uno de los beneficiarios de la Escuela para entrenamiento de perros guía para ciegos I.A.P, es el Sensei Filiberto, quien es una persona con discapacidad visual, desde el año de 1980 se ha dedicado a practicar Aikido, aunque también durante un tiempo practicó montañismo pues aseguró esto ser una fuente de fuerza física, mental y espiritual, tras haber adquirido la discapacidad visual, su vida tuvo que adaptarse a un mundo en donde todo es visual o al menos se le da prioridad a ello, sin embargo esto no fue motivo de rendición, sino un impulso en donde demostraría que pese a haber perdido uno de los sentidos vitales para un ser humano según la sociedad, esto no sería impedimento para continuar haciendo una de las actividades que ama: ser Sensei del arte marcial Aikido. Él junto con Mickey forman el binomio, volviéndose así un equipo para lo que el tiempo les permita, el también Sensei Fernando Román fue quien le abrió las puertas del Dojo Aikido México Kenjoshinkan, en donde a través de la inclusión e información sobre la función de los perros guía en la vida de las personas con discapacidad visual, se le ofrecería compartir todo el conocimiento adquirido volviéndose Sensei del Dojo, lugar en donde enseña a sus alumnos a competir contra ellos mismos, contra su persona y superarse, además de inculcarles la importancia de desarrollar los demás sentidos, a mirar con el tacto, con las vibraciones que el cuerpo produce al moverse, a sentirse, y sobre todo al cómo tratar a personas con su misma discapacidad, respetar el espacio del perro mientras trabaja, el de ellos y a no invalidarlos, dirigiéndose siempre hacía a la persona aunque vayan con algún apoyo visual.

Sus alumnos expresaron no conocer a un binomio antes de haber ingresado a clases con él, comentaron también que el tener un Sensei con una discapacidad visual, era un honor pues tendrían la oportunidad de aprender más sobre el cómo sentir sin ver, poner más atención a sus demás sentidos, evolucionarlos junto con ellos mismos como personas, y sobre todo saber cómo convivir de la manera correcta sin vulnerabilizar a una persona ciega; pese a que Mickey está presente durante toda la sesión en compañía de su hija, se respeta su espacio de trabajo pues aunque por los movimientos de debe realizar no le es posible mantenerlo siempre a su lado, esto no es motivo para que se pase por alto el arnés que indica cuando un perro guía se encuentra trabajando.

En una sociedad que se basa en lo visual, que demuestra no tener espacio para quienes no cumplan con los requisitos que impusieron, nace la oportunidad de visibilizar para volver a educar desde una perspectiva inclusiva, respetuosa y justa demostrando que aunque el sentido de la vista es importante, el brindar un espacio digno en donde una persona que no tiene este sentido, que lo perdió o que nació sin él, una persona con discapacidad visual, es igual de fundamental que cualquier persona que no la tenga.

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